miércoles, diciembre 19, 2007

20993


Llegan los gastos navideños. Aun no he invertido en "Vanidad", este año me está costando horrores encontrar cosas que regalar. Estoy por ir al Corte Inglés y coger ideas del fantástico catálogo que sacan cada año con todos los juguetes. Lástima no hagan lo mismo para mayores. El caso es que para hacer frente a todos estos gastos sería maravilloso tener cientos de miles de euros extras.

Por eso he jugado a la ONCE.

No creo haber jugado nunca antes, sí había caído en la quiniela como buen macho-futbolero que soy, pero la lotería es todo un misterio para mí. Por ello y porque he tenido una señal, he decidido participar. La señal ha sido que he aparcado la moto en una caseta azul de ciegos. Y prácticamente no dejando espacio para salir a la pobre mujer que estaba dentro. Por ello al volver después de dos horas de la práctica de coche he decidido lanzarme a la suerte. Me he acercado y he pedido un décimo. Una vieja parlanchina y la mujer vendedora han empezado a dar carcajadas cuando han visto que quería pagar con 5 euros.

[Vale. Entonces lo he entendido; un décimo de lotería es lo del sorteo de navidad, y es más caro. Yo quiero comprar lotería de la ONCE].

Para superar el ridículo que estaba haciendo he hecho un gag malísimo: "Perdón, es que yo era un niño de San Ildefonso y siempre digo décimo".

He comprado un número acabado en 3. Habia el 3, el 0 y el 6. ¿Qué más da?, el tres, le he dicho. 20993.

Entonces la vieja parlanchina me ha empezado a decir que sus números predilectos eran:

El 2 porque es el día que nació su hijo que fue a los escolapios.
El 6 porque su nieta tiene 6 años.
El 7 porque da buena suerte.
El 9 porque es el día que nació ella.
Pero su predilecto es el 28 porque es el día que se casó con Antonio.

Señora, es usted tonta. A punto he estado de decírselo...

Mientras me iba contando todo esto, por un periodo de 10 minutos, me he puesto nervioso. Como señal me he puesto el casco, los guantes, he arrancado la moto y he subido, pero como si nada. La mujer no callaba. Yo dando acelerones como diciendo SEÑORA QUE ME VOY Y NO ME INTERESA. Creo que se ha callado cuando he cruzado la tercera calle.

En fin, que la suerte me acompañe, me lo merezco. Si mañana desaparezco, ya sabéis porqué.

1 comentario:

Marisabidilla dijo...

Vamos, que no se te encaramó en la moto para terminar de contarte la historia de momento. jajjaja Si es que hay gente muy pesada por la vida

A ver si hay suerte!!