jueves, diciembre 13, 2007

Todo gira: hasta los buffets



Mi obra: La abuela Cleptómana. (En deshomenaje a las abuelas robacolas y robadetodo)

Ayer quedé con Sr. Papermind y Sr. Joanogàbal para hacer entrega de mis 100 ejemplares para el Papermind Fanzine. Después de mucho insistir y 4 ediciones he conseguido acabar una pieza, y aunque no siento haber sudado la camiseta estoy contento por ello. Prometo aumentar la calidad en la próxima.

Para celebrarlo fuimos a un recién inaugurado restaurante japonés cerca de Plaza Urquinaona. Comimos bien y estaba limpísimo. Los camareros reían mucho, hablaban poco y no servían. ¿por qué? pues porque era un buffet giratorio. Rollo industrial. No es nada nuevo pero no deja de sorprenderme. El buffet ya no es libre, ahora viene a tí. Tu sentado y viendo pasar los platitos de sushi, en esa cinta transportadora sin origen ni final. Pensé que en cualquier momento podía aparecer un platito con una mano cortada, o una cabeza.

Afortunadamente comimos y nos sentó bien.


Ah, por cierto, el próximo jueves, presentación en la Ras.
Nos vemos!

2 comentarios:

Ángel dijo...

El otro día asistí a un curso de cocina japonesa de cuatro horas. Desde las dieciséis treinta hasta las veinte treinta, después de haberme comido un chuletón ibérico con patatas a lo pobre en mi casa.

Imaginaos la sensación al ver cómo se hacía la sopa de tofu con alga nori. Y sobre todo, al olerlo.

Pero no escarmiento. Me encanta la comida japonesa, giratoria o estática.

Marisabidilla dijo...

Yo soy muy fan de la comida asiática en general y de la japonesa en particular aunque nunca he estado en un restaurante en el buffet fuera giratorio, ahora tengo pelusa.

Quiero leer La abuela cleptómana...